Memorial de la paz y castillo de Himeji

¡Hola! ¿Qué tal? Ya es viernes y ahora toca descansar un par de días. Ayer no tuve tiempo para publicar, fui a la playa con un amigo aunque no nos bañamos a pesar de que todavía había gente haciéndolo... aunque estemos ya en otoño aquí hace buen tiempo durante el día incluso hace bastante calor a ratos. Volviendo al tema post, hasta ahora actualizaba todos los jueves pero voy a dejar el post semanal para los viernes a partir de hoy, es el día que más tranquila estoy en casa porque entre semana me da bastante palo.

¡Seguimos con Japón! En este post os hablé del día que estuvimos en la Isla de Miyajima. Como solo fuimos a Hiroshima para visitar Miyajima tan solo pasamos una noche en la ciudad; el plan era visitar ese mismo día el parque donde se encuentra el Memorial de la paz, pero al final no nos cuadró así que madrugamos un poco más y al día siguiente paramos en el Parque de la Conmemoración del Monumento de la Paz antes de partir hacia Himeji y paseamos un ratito por allí.

También conocido como la Cúpula de la Bomba Atómica este el edificio fue originalmente construido para la Exposición Comercial de la Prefectura de Hiroshima en el año 1915 hasta que en 1945 a las 8:15 hrs del 6 de Agosto la primera bomba atómica cayó a unos 300 metros de ese lugar, siendo la estructura más próxima que recibió el impacto de la bomba. Aunque el gobierno japonés dudó entre derribarlo o mantenerlo finalmente se preservó así tal cual quedó tras el bombardeo. Hoy en día el Monumento de la Paz es un monumento conmemorativo de la devastación nuclear y un símbolo de esperanza en la paz mundial y la eliminación de todas las armas nucleares. Realmente es un lugar que no te deja indiferente. Debo decir que a mi lo que más me tocó fue la Estatua de los Niños de la Bomba Atómica que se alza a pocos metros de este edificio, memoria de los niños que murieron a causa de la bomba atómica (por lo visto ni siquiera le saqué fotos).

Como el Castillo de Hiroshima nos quedaba de paso nos paramos cuando nos dirigíamos a la estación de tren, aunque no estuvimos ahí más de diez minutos. Me pareció muy bonito, al menos por fuera, pero ni siquiera entramos por ese día teníamos planeado ver el Castillo blanco de Himeji. Wikipedia me ha dicho que fue construido en 1590 y destruido por el bombardeo atómico en 1945. Este que vemos es la reconstrucción del castillo, réplica del original que se hizo en 1958 y que ahora se usa como museo de la historia de Hiroshima antes de la II Guerra Mundial.

Y aquí lo tenemos, el precioso y original castillo blanco de Himeji que también recibe el nombre de Castillo de la garza blanca (los japoneses tan poéticos como siempre) y se trata de otro Tesoro Nacional de Japón. Dejamos las mochilas en las taquillas de la estación de tren y nos dirigimos hacia el castillo; aunque lo vimos bajo un cielo nublado disfrutamos paseando tanto por dentro como por fuera de esta fortificación que se sitúa en una colina con bonitas vistas a Himeji. La torre principal es la estructura del castillo que más destaca, además se considera uno de los cuatro castillos-tesoros nacionales y a menudo se utiliza para grabar series o películas.

¿Conocéis la carne kobe? Himeji es lo más cerca de Kobe que estuvimos, así que teníamos que aprovechar para probar esta rica ternera antes de marcharnos. Visitar todo el castillo nos llevó más tiempo de lo que imaginábamos, por suerte encontramos un pequeño restaurante de esos típicos donde tienes que comer en la barra y ahí nos quedamos. Como en Japón se come muy pronto cuando entramos ya no había nadie, así que tuvimos la barra para nosotros solitos y disfrutamos de este plato de kobe con arroz como acompañamiento (¡cómo no!). La verdad es que con verlo se me hace la boca agua, con eso lo digo todo... ¡más que exquisito!

Y con el estómago lleno y un poco más descansados entramos en los jardines del castillo. Nosotros compramos los tickets para el castillo + jardines en la misma taquilla de la entrada al castillo pero resultó que los jardines no se sitúan ahí dentro... Así que tuvimos que preguntar y seguir mapas hasta dar por fin con ellos, pues tienes que salir del recinto y andar varios cientos de metros hasta dar con la entrada. Aunque no son unos jardines inmensos me parecieron muy bonitos, con sus laguitos artificiales llenos de bonitas y enormes carpas, sus flores y plantas, bambú, alguna casita del té... Al final tuvimos que acelerar para no coger muy tarde el tren bala que nos llevaría a Kyoto, la última parada del día, porque si no nos hubiésemos quedado ahí horas y horas paseando tranquilamente. 

No llegamos a Kyoto demasiado tarde así que tuvimos tiempo para dejar nuestras mochilas en el apartamento y salimos a pasear, pues aquí una está obsesionada con las geishas desde que leyó (y releyó x3) Memorias de una geisha así que quise llegar hasta Gion a ver si veía alguna. Paseamos por las callejuelas del barrio, pasamos por delante de la pagoda y llegamos hasta un templo pero ni rastro de ellas, ooohhh... Como ya estábamos cansados y había hambre compramos comida y regresamos al apartamento para cenar y descansar un poco. Os dejo algunas fotos que hice esa noche para rellenar un poco este post, habrá más Kyoto próximamente...

¿Habéis estado en alguno de estos lugares? ¿Os gustaría visitarlos?

Que tengáis un buen finde, ¡abrazos!