Castillo de Osaka y noche en Dotonbori

¡Hola! ¿Qué tal? ¿Disfrutando de las vacaciones de verano? Yo empecé a trabajar esta semana pero hago un horario distinto (menos horas y no todos los días) así que ni tan mal. Además como estoy a gusto en el trabajo con los peques no puedo quejarme. Al menos tengo las tardes libres y puedo aprovechar para quedar con los amigos o con mi pareja; hoy por ejemplo hemos salido a jugar a ping pong. Es la segunda vez que juego así que ya podéis imaginaos como lo hago y encima a él se le da bastante bien, pero me entretiene. ¿Vosotrxs habéis jugado ping pong alguna vez o soléis hacerlo? ¿Qué tal la experiencia?

¡Seguimos con el viaje a Japón! El tercer día dejamos Tokio para dirigirnos a Osaka, ciudad que no me llamaba mucho la atención pero por suerte me sorprendió muy gratamente. El primer lugar al que fuimos fue al Castillo de Osaka, uno de los castillos más importantes de Japón y no me extraña... ¡es precioso! Además (un poco de historia) se construyó en 1583 y tuvo un papel importante en la unificación de Japón. La entrada no es gratis, evidentemente, pero vale la pena entrar porque se ha convertido en una especie de museo y en cada piso te habla un poco de su historia, hay obras de arte de esa época, las armas que usaban, armaduras de samuráis, maquetas, etc. además las vistas de Osaka desde arriba son increíbles, ya que lo rodea un bonito parque y un lago que hacen que destaque entre los altos edificios de la que es la tercera ciudad más grande de Japón. En 1868 se convirtió en un cuartel del ejército, fue dañado durante la II Guerra Mundial y restaurado en 1997. ¡Y ahora algunas fotos!  

Foto tomada desde el puente que cruza el estanque y lleva a la entrada al recinto del castillo

Las bonitas vistas desde arriba del todo de la torre

Este gracioso jabalí estaba en un santuario que hay dentro del parque (en Asia es el año del cerdo/jabalí)

El torii que hay para entrar al santuario, como os expliqué en el post anterior

Pasamos de la historia al sarao. Después de descansar un poco en el hotel salimos para dirigirnos a Dotonbori, una avenida donde rebosa el buen ambiente entre tiendas y locales con música, buena comida y donde se cuece la vida nocturna de turistas y osaqueños. Reconozco que ya hace años que estoy en modo señora y no me gusta mucho salir y encima las multitudes me agobian bastante, pero ese lugar me fascinó y es una de las veladas que más disfruté en Japón. Comimos platos muy ricos, paseamos junto al canal y en general disfrutamos con ese ambiente repleto de buen rollo. Eso sí, antes de medianoche ya estábamos en el hotel descansando, como Cenicienta.

A este plato se le llama Okonomiyaki, y es una masa hecha con varios ingredientes cocinados a la plancha. Vamos, una especie de tortilla que yo no sé ni qué llevaba pero los ingredientes más comunes según Wikipedia suelen ser cebolleta/cebolla, carne o calamares, camarones, vegetales varios, queso, una salsa especial y mayonesa. ¿Habéis probado alguna vez? Me gustó mucho pero debo decir que empalaga y mucho (menos mal que compartimos). Para terminar de saciarnos también comimos Takoyaki , que empalaga igual pero que al menos está muy rico, en un local distinto junto al canal donde vimos a un hombre con máscara de lobo bailando como un descosido.

Tapita de cangrejo que compramos en un puestecito muy conocido y visible (hay un cangrejo gigante en la fachada que se mueve).

Agradezco a mis amigos que me "obligaran" a salir porque realmente disfruté esta noche. Y el castillo de Osaka con toda esa historia y su bonita estructura repleta de detalles es otro must si viajáis a Japón. Como he dicho, es una ciudad que sorprende para bien ¡así que no os la podéis perder! En el post de la próxima semana os hablaré sobre la otra razón por la cual hay que visitar Osaka: el Parque natural de Nara. Dicho eso me marcho a cenar que son las 22:30 y ya va siendo hora.

Gracias por todos los comentarios, pronto los iré devolviendo como siempre. ¡Un abrazo!