¡Hola gente! Regreso al blog después de un mes de desconexión; no tenía intenciones de ausentarme durante tantas semanas... pero mi ordenador, después de darlo todo por mí durante diez años, decidió que no quería entrar en el 2020 y ahora lo tengo en coma aunque dudo que salga de esta. Por suerte mi mejor amigo me ha prestado su portátil así que ¡aquí estoy de nuevo! lista para seguir compartiendo con vosotrxs mis viajecillos. Antes de empezar me gustaría desearos un feliz 2020 lleno de buenos e inolvidables momentos, y que los malos solo sirvan para aprender de ellos ;) ¿Tenéis proyectos o propósitos que queráis cumplir este año? Yo tengo un proyecto pendiente de si se podrá hacer o no (esa incertidumbre me tiene atacada), y muchas ganas de viajar. Por el momento nos vamos a Ginebra, Suiza, en Semana Santa. Ese fue el regalo de Reyes que le hice a mi chico, como viví en esa ciudad me hacía ilusión volver y enseñársela a él. Y a finales de febrero también volaremos a alguna parte, ¿sugerencias?
Inauguro el año con lo mejor que me pasó el año pasado, que fue el viaje a Japón con el que soñaba desde que iba a primaria y un japonés nos dio una charla en el cole; nos habló de su cultura, tradiciones, gastronomía y nos enseñó objetos típicos de Japón. No recuerdo mucho más, solo que ahí empezó todo.
Viajamos a la aldea de Magome desde Kyoto. Después de varios días descubriendo templos y paseando por los típicos barrios de geishas nos subimos al tren y viajamos durante varias horas hasta llegar a Magome, en el valle de Kiso, para perderos en la tranquilidad de los Alpes japoneses, sin duda uno de los lugares más bellos que conocí en Japón. Después de dos trenes y un bus lleno de turistas españoles que nos subió a la montaña llegamos a la aldea donde nos alojamos en un pequeño "hotel" o posada tradicional. Nada más llegar y dejar nuestras pertenencias en la habitación salimos del cuarto para pasear por el pintoresco pueblo y adentrarnos un poco en la naturaleza que lo rodea.
En la habitación del hotel nada más llegar |
Paseamos por los alrededores del pueblo primero y luego, después de zampar un pollo con arroz que estaba de muerte en un restaurante frente al hotel (repetimos al día siguiente), descubrimos los rinconcitos más mágicos de la aldea. Os cuento, Magome es una de las antiguas estaciones de descanso de la ruta Nakasendo que conectaba Edo (actual Tokyo) con Kyoto pasando por el valle de Kiso. Nosotros, como muchos otros turistas, viajamos hasta Magome para empezar ahí esa ruta tan conocida como hicieron tantísimos años atrás viajeros, comerciantes, samuráis, etc. Pero el primer día aprovechamos la calma del valle y de la pequeña aldea para descansar un poco. Como he dicho paseamos por el pequeño pueblo y entramos en algunas de sus muchas tiendas de artesanía, nos sentamos a tomar un refresco en una bonita terraza con vistas al valle y también disfrutamos de las panorámicas que ofrecen sus miradores.
Monísimo este jabalí albino |
Por la noche en el hotel nos bañamos en un baño tradicional, nos pusimos el yukata tradicional que nos dieron y bajamos a disfrutar de una cena tradicional (si me seguís en Instagram lo visteis en las stories). Durante la cena el simpático dueño de la posada nos dijo que a cierta hora (no recuerdo) él mismo iba a ofrecer una clase de danzas tradicionales samuráis. Fue gracioso porque nosotros tres y otra familia de españoles fuimos los único que asistimos a esa clase, pero juntos bailamos, cantamos en japonés una canción dedicada a los antiguos viajeros, nos reímos mucho y además nos dieron un diploma ¡tan mal no lo hicimos!
La ruta Nakasendo empieza en un mirador, en el punto más alto de Magome, y es muy fácil de seguir además de corta (8km). Los primeros dos kilómetros son de subida pero luego el sendero empieza a descender así que no se hace muy pesada, por eso es recomendable empezar en Magome y no en Tsumago, nuestro destino. Si viajáis a Japón os recomiendo mucho esta excursión, sé que me repito pero las vistas son preciosas, la naturaleza que te rodea no tiene nada que ver con los bosques a los que estamos acostumbrados, hay arrozales, cascadas, ríos... ¡y osos! Ok, no vimos ninguno, pero cada X metros había campanas como la que os enseño en la foto de abajo para que la hicieras sonar en caso de que te toparas con alguno. Reconozco que me produjo cierta desconfianza, además que apenas nos cruzamos a gente durante la ruta y dudo mucho que el ruido de una campanita espante a un oso (aunque suena fuerte) pero la verdad es que no vimos ninguno y no creo que haya mucho peligro.
Cuando ya estábamos descendiendo entramos en la casa de té Teteba-Chaya, que antiguamente era una estación de inspección para controlar lo que transportaban los viajeros de la ruta Nakasendo, sobretodo porque estaba prohibido transportar algunos árboles típicos de la región. Actualmente es un punto de parada donde se detienen los excursionistas para descansar, charlar y tomar té gratis. A mi no me gusta el té pero estuvimos un ratito ahí sentados, y mientras mis amigos disfrutaban del té escuchamos a un señor mayor inglés que viajaba en busca de excursiones interesantes (había estado en medio mundo).
Finalmente llegamos a Tsumago, la siguiente estación de descanso del periodo Edo, y nuestro destino. El pueblo es un poco más grande que Magome por lo que hay más comercios y sobretodo tiendas artesanales. Lo primero que hicimos al llegar, antes de ir a explorar Tsumago, fue pasar por la oficina de turismo para que nos sellaran una especie de tablita en la que pone que superamos la ruta Nakasendo. Cuando nos cansamos de pasear por el pueblo entramos en un establecimiento muy acogedor y nos sentamos a una mesa muy chula hecha con un tronco de árbol. Tomamos una bebida fresca de melocotón mientras hacíamos tiempo, pues al bus que nos llevaría de regreso a Magome todavía le faltaba una hora por llegar. ¡Qué pena que no hiciese fotos de ese local! Era muy cuco, pero es que a veces a uno le apetece guardarse la cámara y disfrutar del momento ;)
¡Aquí la prueba de que hicimos la ruta Nakasedo! |
Hoy en Palma es festivo, pero desde ayer llueve a cántaros. Nosotros hemos aprovechado que ha salido el sol a mediodía para pasear por la ciudad y pararnos a comer, pero cuando hemos salido del restaurante diluviaba de nuevo y casi hemos tenido que volver a casa nadando.
Woww Q maravilla de fotos
ResponderEliminarque arquitectura fascinante. Hasta un simple bosque pareciera que es diferente a todo.
ResponderEliminarMe gustó eso de que un maestro te incitó desde niña a hacer el viaje. Hermoso. Saludos...
¡Hola! ^^
ResponderEliminarMe encanta Japón con todos sus contrastes, ya que podemos encontrar grandes ciudades, y también pueblecitos y paisajes como esos, que son un regalo para la vista. Gracias por mostrarnos todos esos rincones tan bonitos de Japón :)
Besos!
Que pasada de ruta y cuanto verde💕💕
ResponderEliminarQue maravilla de ruta, las imágenes son una pasada, ¡feliz día! :)
ResponderEliminarwww.luciagallegoblog.com
HOLI ♥
ResponderEliminarSiempre que entro a tu blog me dan ganas de buscar el un vuelo a donde sea y emprender una aventura.
Me encantaría ir a Japón, pero este es un lado que no vemos mucho. Creo que estamos acostumbrados a ver muchas imágenes donde está lleno de colores y cosplayers y todo eso, dejando lo tradicional a un lado.
Me ha encantado tu viaje por esta ruta, es hermoso y parece muy relajante ♥
Espero tener la oportunidad de visitar este lugar un día no muy lejano.
También estaré atenta a tu siguiente entrada ♥
¡¡Bienvenida de vuelta!! 10 años son muchos años, creo que su jubilación es merecida ;)
ResponderEliminarEn Marzo viajamos a Japón, pero sólo tenemos una semana, será "un viaje exprés", así que habrá que volver para descubrir lugares como este. Gracias por compartir y por tus comentarios.
Besos rojos por doquier!!!!
(ノ◕ヮ◕)ノ*:・゚✧ Holaaa!!!
ResponderEliminarQue hermosos lugares!!!! dios realmente ese lugar es un preciosidad, me encanta completamente, que hermoso debe ser viajar y aprender un poco de la cultura del lugar que visitas, realmente las fotografías denotan lo precioso del lugar y la tranquilidad de este, muy lindo todo amiga :D
Te invito a visitar mi humilde espacio ♥
穛 S4Ku SEK4i®
Hola Kat! Me ha gustado conocer el origen de tu amor por Japón, es curioso como una charla puede crear tantas ilusiones, debió de ser muy interesante! Y aquí estás hoy, con tu sueño cumplido, y compartiendo esta preciosa experiencia que me está gustando tanto!
ResponderEliminarQué bonito ruta realizaste, como cada día de los que estuvisteis alli, muy bien aprovechado, lugares fantásticos, comida riquísima y actividades que no os quisisteis perder! Me encantan las fotografías!!
Un beso muy fuerte, y ojala se cumpla ese proyecto del que nos hablas!!
Que ruta más maravillosa!! Menudas fotazas
ResponderEliminarLa ruta Nakasendo no entró en los planes de mi viaje, pero lo tendré muy en cuenta para el siguiente (sí, ya pensando en volver) ¡Que fotos más bonitas! Me encanta sobre todo esa parte de Japón más tradicional y clásico que las grandes ciudades, creo que lo disfrutaría mucho.
ResponderEliminarPor cierto, muy de acuerdo con lo que dices de que a veces te olvidas de la cámara que solo quieres disfrutar el momento :) yo también soy así!
Un besote!
Kat! que pasada de ruta!! la verdad que es otro punto de vista muy diferente a lo que nos suelen enseñar de Japón, a mi todo lo que es naturaleza me apasiona y ya si encima le añades té a cada rato creo que sería feliz!!
ResponderEliminarUn besoteee enormee reina!!
Hermoso recorrido!!
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